martes, 17 de abril de 2012

adios, princesa ....

"Es evidente que debí mandarle a la mierda hace más de veinte años, pero no lo hice y nunca me arrepentiré lo suficiente. No excluyo la posibilidad de que la causa de todo ello sea debida a algún rasgo autodestructivo y oculto de mi carácter."

"Pero lloraba. Nunca la había visto llorar. Lágrimas silenciosas."

"Matías se marchó y terminé de beberme el gin-tonic. Cuando me domina la rabia siento que el cuerpo se llena de algo caliente, como si me vertieran dentro agua. Ahora, esa agua se había ido por algún desagüe. Me sentía vacío, hueco."

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